Que el pie que va delante ceda terreno al que le sigue en cada paso.
y el que va detrás se levante en el momento preciso.
Deja que esto suceda una y otra vez, y en este compás
descubrirás que – dando vida a una extraña dualidad – en
el ceder reside la humildad y en el levantarse la valentía.
Y que gracias a ese delicado equilibrio se produce el avance.
Rosaana B.