EL SUBCONSCIENTE: EL DIRECTOR DE TU ORQUESTA
Hay alguien que maneja sigilosamente y con invisible autoridad los hilos de tu vida. Alguien misterioso y custodio de un inmenso poder: es en realidad tu director de orquesta particular, el responsable de que tu vida repita siempre los mismos patrones encadenados en el pentagrama. A menos que alteres de alguna manera y a propósito la partitura que lee.
Es el hermético subconsciente.
Posee la colosal capacidad de albergar tus creencias – en él están incrustadas tus verdades- y de ofrecer respuestas automáticas a señales exteriores.
Y tan formidable trabajo lo hace de forma maquinal, sin que te des cuenta, de puntillas y en silencio. No tiene malicia, pero sí una tenacidad envidiable y un empeño férreo en la tarea encomendada. Siempre está en plena forma, no necesita de descanso ni reposo. De hecho funciona en piloto automático y de forma infatigable, reproduciendo una y otra vez la programación implantada.
Curiosamente, tiene muy poca imaginación. Carece además de criterio de selección: no se cuestiona nada ni utiliza filtro alguno. Simplemente guarda bajo siete llaves las ideas que se le asignan, sean ciertas o no.
Y resguarda sus preciadas posesiones bajo capas de fingida inconsciencia, ya que de manera estratégica permanece escondido en un lugar inaccesible para tu mente consciente. Paradójicamente, aunque vista de incógnito no puede ocultar en ningún caso el resultado de su creación.
Como habla un idioma propio, para llegar a él es preciso utilizar una táctica particular: el código de las emociones intensas, la estrategia de la repetición y el poder creativo de la imaginación.
El subconsciente maneja con mano firme y terca decisión la batuta de tu vida. Pero siempre puedes llegar hasta él para añadir innovadoras notas de luz o suprimir dolorosos silencios amordazados en las pautas del pentagrama. Si le dedicas una responsable atención y cuidas con mimo extremo lo que siembras en su fértil terreno, conspirará a tu favor, convirtiendo tu vida en un emotivo viaje de extraordinarios acordes.