LA FELICIDAD
Desde que las primeras tribus se reunieron alrededor del fuego, la Felicidad es un asunto que baila –tentador y sugerente – al son del calor de las llamas.
Es incesantemente invocada por todo tipo de pueblos y razas.
Y es que la Dicha es un Ser extraordinario.
Tiene alas en los pies y fuego en el cuerpo.
Se alimenta de instantes diminutos y se aviva con la ilusión de una promesa.
No es esclava de leyes ni códigos, disfruta de ir por la vida siguiendo sus caprichos: tan pronto vive en un suspiro de esperanza como en un pequeño gesto de legítima libertad.
La Felicidad no alberga preferencias ni torpes prejuicios -es un espíritu libre – y como tal, persigue las pasiones y los grandes sueños que escapan del corazón humano; sueños que astutamente no están sujetos al autoritario dominio de la razón.
Cuando los atrapa, los convierte en luminosas llamas doradas que se alimentan de anhelos cumplidos.
Ella –la insobornable Felicidad – suele merodear por los alrededores de la imaginación.
Así que lo más prudente es dejar el corazón abierto de par en par, bien atento al romántico paso de las utopías y afinar los pequeños grandes ideales con decisión y valentía.
La Felicidad los está esperando.
Rosaana B.