Demasiadas veces, y sobre todo durante la ansiedad, mantenemos una autoimagen totalmente errónea y distorsionada. Nos olvidamos de nuestras capacidades, valores, talentos, virtudes, habilidades y dones. ¿Has superado una infancia difícil? ¿Has criado y cuidado hijos maravillosos? ¿Has ido a la universidad? ¿Qué retos has logrado? ¿Tienes grandes amigos? ¿Has superado épocas difíciles? ¿Has ayudado a alguien? ¿Qué talentos posees? ¿Qué aptitudes has desarrollado? ¿Eres amable, sincera, alegre, compasiva, paciente? Coge papel y lápiz y ponte manos a la obra. Es hora de hacer un listado de todo aquello que has hecho, lo que has conseguido, lo que has superado, lo que dominas, lo que eres, y empieza a mirarte con otros ojos. Cambia de opinión sobre ti misma. Por una más real, por una más amorosa. Hazte y reconócete tu mejor amiga y aliada. Es hora de apreciarnos. Es hora de valorar todo el camino que estamos recorriendo, que supone, entre otras cosas, volver a hacernos responsables— con todas las acciones que estamos llevando a cabo— de recuperar nuestra felicidad, nuestra dicha. Es hora de volver a ver en nosotras— o tal vez ver por primera vez — todo el enorme potencial que siempre ha estado ahí.