Igual que la raíz profunda mantiene firme al árbol en su danza con el viento,

así una persona silencio nutre el alma con su fuerza secreta.

Y que bien que está ahí esa persona,

que a partir de silencios pega trozos desbaratados.

Que sin más te apuntala, te sostiene, te acompaña. 

Y qué suerte de ese silencio,

que amarra los pedazos rotos a base de presencia,

de paciencia, de un simple aquí estoy.

Rosaana B.

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