Sé única, sé irrepetible, sé tú. Tenemos todo el derecho a ser amadas tal y como somos. Intentar agradar a los demás no hace sino separarnos de nuestra verdadera naturaleza y robarnos energía. Con que nos aceptemos sin condiciones nosotras mismas es realmente más que suficiente. Si vivimos tal cual somos, las personas que nos acepten lo van a hacer por lo que somos de verdad. No tiene sentido fingir y aparentar para agradar, porque, entre otras cosas, siempre va a haber gente a la que le caigamos mal o no les guste nuestra manera de ser. Jamás podremos complacer a todo el mundo. Entonces, ¿para qué traicionarnos? Disfrutemos de ser nosotras mismas, ahorrándonos el esfuerzo de vivir aparentando lo que no somos. Desde el momento en que reprimimos una parte de nosotras en favor de alguien o algo, nos convertimos inmediatamente en víctimas y esclavas, provocandonos un gran malestar. Son pequeñas auto traiciones que infringimos a nuestro verdadero Ser, y que van sumándose como bloqueos. Al liberarnos de la aceptación de los demás, recuperamos una energía que había quedado atrapada en esa enfermiza dependencia. Seamos únicas, tenemos razones más que de sobra. Todo el mundo sin excepción poseemos unos dones únicos y unos talentos propios; una manera especial de percibir, sentir y expresar,  así como un talante  irrepetible. Todo ello conforma una naturaleza brillante en cada uno de nosotras. Que no haya diferencia entre nuestro “yo” verdadero y el “yo” que enseñamos al mundo. Procuremos que quien nos acepte lo haga por lo que somos realmente, y así construiremos relaciones verdaderas, sanas y satisfactorias, con nosotras mismas en primer lugar y con el resto del mundo de paso.

Rosaana B.

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