Darle un sentido a todo lo que nos toca vivir nos da un apoyo considerable en la vida.

Al empezar a cultivar ciertos sentimientos y dotar de sentido tanto lo bueno como lo malo que nos toca vivir estamos abrazando “algo” superior, una conciencia más amplia.

La espiritualidad no deja de ser una unión con nuestra propia esencia, y para eso hay que hacer todo un trabajo interior de derribe y reconstrucción de nuevas creencias para dejar de lado aquello que no somos y que nos autolimita y engaña. A medida que avanzamos en nuestro auto conocimiento dejamos de andar a oscuras, dejamos de alimentar el ego y de ser autómatas de nuestras propias sombras. Empezamos a ser más conscientes y a actuar desde otro nivel, mucho más alineado con nuestros verdaderos valores y en armonía con nuestro propósito de vida.

El camino del autoconocimiento nos permite entrelazar mente, cuerpo y espíritu. Nos conecta con nuestra esencia, con nosotras mismas y con todo lo demás.

Ser espiritual conlleva ser cada vez un poco más conscientes, más coherentes, cada vez más íntegras.

Significa ir expandiendo la aceptación y el amor desde uno mismo hasta los demás. Una persona espiritual es sabia, amorosa y poderosa; está habitada por una chispa que irradia desde el interior y la hace única. Y a medida que vamos conectando con nuestra esencia nos hacemos con una mente más pura, más inocente e infinitamente más feliz.

Sentir esa conexión con nuestra propia esencia conlleva una paz profunda y una hermosa confianza en la vida.

Zambúllete en tu mundo interior y hazte las preguntas apropiadas. Explora tu particular «para qué».

Rosaana B.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies