Hay un Amor del bueno.
Es un Amor que acoge, que entiende, que libera.
Con él te encuentras cada vez menos extranjera en tu propia piel.
Más dueña de tus pisadas.
Menos ausente de tu vida.
Es un terremoto que recoloca sentimientos.
Una brisa que devuelve esperanzas.
Una ternura que repuebla desiertos.
Un Amor que te atrapa en cuanto lo habitas, quedando presa de una desconocida dulzura.
Es un aliento interno que recarga la intimidad del propio corazón, dejando la razón en la retaguardia de la vida y el afecto a flor de mirada.
Rosaana B.